Prisma de marca personal

Desde hace algunos años me vengo definiendo como un diseñador generalista, pues soy capaz de abarcar un espacio muy amplio dentro de lo relacionado con el diseño: branding, ilustración, diseño editorial, diseño web, animación 2D, 3D, vídeo… Pero este primer contacto con esta asignatura ha hecho que me de cuenta de que debo focalizar y especializarme en un sector.

De todo lo que he ido leyendo durante estos días una de las ideas que más me ha gustado ha sido la de cruzar el sector en el que creemos que encajamos con nuestras motivaciones e intereses para encontrar ese campo en el que “vibramos”.

El primer paso para descubrir ese punto sería elegir un sector en el que especializarme, pero ¿qué criterio debería seguir?. El resultado sería muy distinto si me dejo guiar por lo que creo que se me da mejor o si elijo lo que más me atrae o más disfruto. Por ejemplo el modelado 3D me gusta mucho pero es un campo tan complejo y me parece tan exigente que no creo que consiga dominarlo nunca.

Por suerte los sectores en los que me veo más fuerte son también los que más me gustan. Son de hecho aquellos en los que me pierdo, dónde el tiempo me pasa volando y los únicos en los que no tengo la tentación de mirar el móvil cada media hora (tengo un problema con eso).

Me fijo ahora en una de las ideas que aporta Sergio Farré en su webinar (uno de los materiales de la asignatura):

Yo puedo ser muy bueno en algo, pero el talento todavía es algo superior. El talento es aquella habilidad, aquel don que yo tengo de manera natural y que no me genera ningún esfuerzo ponerlo en práctica.

Buscando mi talento diría que me quedo con la ilustración vectorial, el diseño de personajes y también el branding.

Teniendo claro entonces en qué sectores voy a desarrollar mi actividad es la hora de cruzarlos con mis intereses. Estos son muy diversos y algunos muy generales y comunes: la música, el cine, las series… pensando en algo más concreto me interesa mucho el humor gráfico y los dibujos animados. Estos gustos se sitúan muy cerca de uno de mis sectores fuertes: la ilustración. Cruzandolos empiezo a aproximarme a esa especialización que busco: ilustración vectorial de personajes, estilo cartoon… tal vez diseño de mascotas, dirigiéndome un poco más hacía el branding…

El siguiente paso es desarrollar mi prisma de marca personal, en el que plasmaré algunas de las conclusiones a las que he llegado y plantearé otras nuevas:

Ahora tocaría elegir un naming. Esta es una tarea que realicé hace algún tiempo. Leí varios artículos que daban consejos a la hora de elegir un nombre y en uno de ellos recomendaban que utilizáramos nuestro nombre real o una variante de éste, así que después de descartar varias opciones me decidí por Medibú!. Es una pequeña modificación de mi apellido (Medina) añadiendo la abreviatura de mi principal actividad: el “dibujo”. La propia abreviación de la palabra, “dibu”, remite de nuevo a un estilo informal, el de series de Nickelodeon y Cartoon network. Por último añadí un acento a la última sílaba para buscar la pregnancia auditiva.

Finalmente necesito un claim, y vuelvo al webinar de Sergio Farré. Busco un par de frases que me definan e intento darles una vuelta para convertirlas en algo más marketiniano. Surgen ideas que quedan descartadas, como “Solucionador”, una buena opción si me hubiera dirigido a un campo más cercano al diseño UI/UX que a la ilustración.

Me decanto por “Dibujitos”, una sola palabra que por un lado define el carácter naif que pueden tener mis trabajos y por otro me recuerda a la visión que tienen de mi profesión las personas de mi entorno: “Tu trabajo es hacer dibujitos”.

Medibú!
DIBUJITOS

Sin embargo tengo que tener presente que mi público no van a ser los niños, Medibú! no se desarrollará en el campo de las B2C, si no que se dirigirá a empresas que busquen un branding muy específico, basado en el dibujo e incluso apoyado por el diseño de una mascota.